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UN ESPACIO FLUIDO Y LUMINOSO EN MONTJUÏC
ANTES
DESPUÉS
Una nueva atmósfera doméstica es creada mediante una composición de marcos blancos que difunden la luz natural y delimitan visualmente las diferentes estancias de la vivienda.
Tres tableros de roble situados a diferentes alturas dan uso al mueble bajo de la sala de estar, una mesa de estudio en el comedor y la encimera de cocina.
La continuidad del pavimento de roble, juntamente con los tableros y ventanas de madera, genera un cálido ambiente para el usuario.
Conseguimos una mayor sensación de amplitud gracias a una visual de 13 metros que cruza la totalidad de la vivienda, desde la habitación hasta la sala de estar.
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